Las dificultades innecesarias y su rol discriminador (1993) Ferreiro, E.

viernes, junio 03, 2011


Ferreiro, Emilia. (1993) "Las dificultades innecesarias y su rol discriminador". La alfabetización de los niños en la última década de siglo. (pp. 39-44). Ecuador: Libresa.

Foco de lectura
¿De qué forma se lleva a cabo el proceso de alfabetización en los niños? ¿Qué problemas se vislumbran en este tipo de enseñanza, y qué dificultades dan como resultado?

Texto
Ferreiro (1993) enfatiza el siguiente punto en este capítulo: “la pedagogía de la lecto-escritura se ha dedicado insistentemente a una polémica infructuosa sobre los métodos” (p. 41)
Los procesos de aprendizaje se han construido en base a secuencias idealizadas de progresión acumulativa desde lo fácil a lo difícil. No obstante, ¿qué es considerado fácil y difícil para el principal actor de este aprendizaje, es decir, por el niño? Claramente no se ha tomado en cuenta este crucial punto, lo que ha repercutido en “hacer al proceso más difícil de lo que debería ser, a producir fracasos escolares innecesarios, a estigmatizar a una gran parte de la población, y a convertir la experiencia de alfabetización en una experiencia literalmente traumática para muchos niños” (Ferreiro, 1993, p.39). Tolchinsky & Simó también salen a relucir en este aspecto en cuanto al tema de la escuela como agente desalfabetizador.

Posteriormente, Ferreiro compara a la lengua oral y la lengua escrita, en torno a cómo ambas se diferencian en el modo en que se aprenden/adquieren (p.42-44) 

El orden de presentación de la información
Lengua oral – No se oculta información lingüística al niño mientras aprende. No se propone un plan de presentación de la información en una secuencia pre-determinada.

Lengua escrita – Se le niega al niño acceso a la información lingüística al segmentarla de acuerdo a procesos en fase (el niño no escribe ni intenta hacerlo, hacer garabatos; el niño no puede leer porque aún no sabe hacerlo)

Actitud frente a los primeros intentos del niño en el proceso de aprendizaje
     Lengua oral – Nadie espera que desde la primera palabra emitida la pronunciación sea correcta. Los interlocutores del niño dan feed back lingüístico al responder a las demandas del niño parafraseando la emisión infantil. Es decir, existe una preocupación por saber qué es lo que el niño ha intentado comunicar.

Lengua escrita – Los primeros intentos del niño por escribir son considerados como “garabatos”. Nadie intenta comprender lo que el niño quiso comunicar. Desde la primera escritura el trazado debe ser correcto y la ortografía convencional.

3.  Método de aprendizaje
Lengua oral – Repetición juega un rol limitado en el proceso. El niño aprende tratando de construir lo que otros dicen.

Lengua escrita – La enseñanza tradicional se basa en métodos de repetición, memorización, copia reiterada de modelos y mecanización. Se supone que el niño aprende por medio de fases acumulativas de información, de lo más fácil a lo más difícil.

Valoración
Me parece que el texto deja implícita la idea de tomar el ejemplo que el aprendizaje de la lengua oral otorga en cuanto  a un proceso de reestructuración continuo. Más allá de ocultar información por medio de fases de aprendizaje acumulativas que derivan en la prohibición al niño de sumergirse en la lengua escrita y en la lectura cuando aún no las domina en su totalidad, lo que debería fomentarse es un método de aprendizaje constructivo; concepción en la que Fons (2004) también se inscribe al argumentar que aprender significativamente no es acumular conocimientos sino establecer relaciones de forma no arbitraria y sustantiva entre lo que ya se sabe y lo que se quiere aprender. Además, la actitud que se tiene frente a los primeros intentos del niño por acercarse a la escritura debería asemejarse a la que se tiene cuando el niño dice sus primeras palabras; Fons también se hace cargo de este punto al exponer una breve síntesis de los niveles de escritura (Teberosky, 1996), descripción que permitiría analizar los primeros intentos del niño por comunicarse a través de la lengua escrita.

Además, considero que el tomar conciencia de que el aprendizaje de la lengua escrita no se da efectivamente por medio de procesos de reiteración mecanizados, ni tampoco por la creencia de que lo escrito es la transcripción de lo hablado, fomentaría la reflexión de que el contexto resulta primordial en la producción de textos escritos. Si en la lengua oral el aprendizaje se logra gracias a que el niño se instruye de información en contextos funcionales (es decir, contextos en los que la lengua oral se utiliza de determinadas formas y para determinadas funciones), en la lengua escrita el aprendizaje también debería darse inmersa en estos contextos funcionales, en base a que todo texto escrito se encuentra inserto en una práctica letrada (Barton & Hamilton)

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